lunes, 10 de junio de 2013

Poema para ingenieros
EL MEDICO, EL ABOGADO Y EL INGENIERO.
Un Doctor y un Abogado / y además: un Ingeniero

que salieron de este mundo / con pasajes para el cielo
solicitaron entrada / todos tres a un mismo tiempo.
Recibió los en la puerta / el encargado: San Pedro
que al escuchar la visita / se caló los espejuelos.
Tocó el turno al Abogado / que hizo un discurso muy bueno,
muy florido y convincente, / con argumentos de peso,
y al terminar entregó / un extenso documento
con mil y tantos por cuantos / y un por tanto, que San Pedro
sin más preguntas y encuestas / le abrió las puertas del cielo.
Y después del Abogado / tocó le el turno al Galeno,
que empezó de esta manera: / - "Yo soy el Doctor Veneno..."
No hizo más que comenzar / y le interrumpió San Pedro:
- "Con esto basta...Doctor... / a usted ya lo conocemos,
me ha enviado mucha gente / y es muy justo, desde luego,
que su decidida ayuda / reciba su justo premio...."
y sin mediar más palabras / entró también en el cielo.
El Ingeniero, que estaba / haciendo el turno tercero,
observando los detalles / de la bóveda del cielo,
fue interrumpido en su estudio / cuando le llamó San Pedro:
- "Y a usted, que se le ofrece..?" / y contestó el Ingeniero:
- "He venido por aquí / a ver si consigo empleo..."
- "Aquí no hay trabajo amigo, / vaya a buscarlo al infierno..."
Le sonó tan familiar / la respuesta al Ingeniero
que en seguida contestó: / - "Donde quiera yo lo acepto
si he pasado en el mundo / por sitios peores que esos.."
Ante tal contestación / se quedó San Pedro lelo
y le preguntó en seguida: / - "Su profesión... caballero?"
- " Mi profesión?... si señor... / pues yo soy un Ingeniero..."
- "Oh bueno!.. San Pedro dijo, / ahora si ya le comprendo...
usted es de esos peritos...?" / - "No señor, mucho lo siento,
ingeniero simplemente... / no soy perito ni experto.."
- "Entonces, amigo mío.. / en verdad no le comprendo...
y... ¿Qué es lo que hace usted / para llamarse Ingeniero?..."
Y por fortuna en seguida / recordó sin gran esfuerzo
la definición que había aprendido / en otros tiempos:
Los principios matemáticos aplico a los elementos para
utilizar las fuerzas latentes del Universo.
"¡Pues vaya a aplicar sus cálculos / a las palias del infierno!!..."
- "Bien, señor, fue la respuesta, / en verdad se lo agradezco
pues los trabajos difíciles / son siempre los que prefiero..."
Y terminó pues el diálogo / y el hombre se fue contento
y el Santo quedó admirado, / y más que admirado... lelo.
Después de este incidente / no transcurrió mucho tiempo
sin que algo anormal pasara / en el Reino de los Cielos.
Los que estaban en la Gloria / pedían pases a San Pedro
para fijar residencia / en terrenos del Infierno.
Los que venían de la tierra / después de ver ambos reinos
se decidían casi siempre / por el antro de los fuegos,
de donde ya no salían / los gritos de los internos.
Tales rumores llegaron / hasta oídos de San Pedro,
que se sorprendió al notar / que se le despoblaba el cielo.
Ante tal anomalía / comisionó a un mensajero
para investigar el caso / y dar un informe completo.
El informe deseado / llegó como al mes y medio
y éste se transcribe aquí / directamente del pliego:
"Infierno, a veinte de Mayo / del año mil novecientos...
A mi Buen Santo y Señor: / con el debido respeto:
Procedo a rendir a Usted / mi informe sobre el Infierno...
Pues bien, le debo informar / que llegó aquí, no hace tiempo,
un hombre a quien todos llaman / a secas... El Ingeniero.
Este hombre, si no es el Diablo, / esta bien cerca de serlo...
pues ha transformado todo / por arte de encantamiento;
en enormes artefactos / ha acorralado los fuegos,
y usa de ellos la energía / en máquinas e instrumentos
para crear luz y fuerza / y convertir ésta en hielo...
Ha hecho parajes fríos, / templados, húmedos, secos,
parajes de primavera / y otros de constante invierno...
Ha horadado las montañas, / ha contenido los vientos,
ha salvado los abismos / con puentes de extremo a extremo.
Ha construido ciudades / y jardines y paseos....
y es en fin, un Paraíso / lo que antes era el Infierno...
A tal punto que Señor: / ya no vuelvo para el Cielo,
le presento mi renuncia / y en el Infierno me quedo...

[Presentado  por el Ingeniero Emilio Sera Colón de la Delegación de Puerto Rico en II Congreso Panamericano de Ingeniería, Habana, Cuba, 11 de Enero de 1947]


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